Durante mucho tiempo, los dermatólogos han negado rotundamente la vinculación entre la dieta y el acné, sin embargo, hoy día existen razones científicamente plausibles para creer que la nutrición puede afectar al acné.
En este artículo, como Nutricionista en Granada, voy a analizar los alimentos que, hasta el momento, se han vinculado con la aparición de esta afección de la piel.
¿QUÉ PRODUCE EL ACNÉ?
El acné es una condición inflamatoria crónica de la piel, que se caracteriza por la formación de comedones, pápulas, pústulas, nódulos y cicatrices. Estas lesiones se suelen localizar en el rostro y en los hombros, aunque pueden extenderse a otras partes del cuerpo.
En dermatología, generalmente se acepta que los principales factores causantes del acné son:
- El exceso de sebo como consecuencia de una acción hormonal (hiperseborrea).
- La proliferación acelerada de las células de la piel (hiperqueratinización).
- Las bacterias. A causa del exceso de sebo y de la hiperqueratinización se crea un ambiente que favorece la proliferación de algunas bacterias integrantes de la flora cutánea.
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LÁCTEOS
Los lácteos son, probablemente, el grupo de alimentos que más se ha estudiado en relación con el acné. Numerosos estudios han encontrado una relación positiva entre el consumo de lácteos y la incidencia de esta patología en los Estados Unidos:
- En un cuestionario de frecuencia de alimentos que involucró a 47.355 jóvenes de secundaria, se encontró una asociación positiva entre la ingesta de lácteos y el acné. La relación fue más fuerte para la leche desnatada, seguida de la leche entera y otros productos lácteos como queso cotagge. (1)
- Un estudio prospectivo de cohortes que siguió durante 4 años a un grupo de 4.273 adolescentes, encontró también una asociación positiva entre la leche desnatada y el acné a través de un cuestionario de alimentos. (2)
- Otro cuestionario longitudinal en el que participaron 6.094 chicas adolescentes, encontró una asociación positiva entre el acné y el consumo de leche tanto entera como baja en grasa y desnatada. (3)
Más recientemente, se han publicado otros estudios realizados fuera de Estados Unidos:
- En un estudio de casos y controles en el que participaron 88 pacientes de Malasia (la mitad de los cuales tenían acné), se les solicitó a los participantes que registraran sus alimentos durante 3 días seguidos. Los investigadores encontraron una relación entre la mayor ingesta de lácteos y el acné, en particular leche y helado. (4)
- Otro estudio de casos y controles realizado en Italia con 563 pacientes entre 11 y 24 años (205 con acné moderado o severo, y 358 con acné leve o nulo), encontró también una asociación entre la mayor ingesta de lácteos y la aparición de acné. La asociación fue más fuerte para la leche desnatada.
Existen varias hipótesis sobre por qué los lácteos producen acné:
1. Por un lado, está la hipótesis de que la leche contiene componentes hormonales en cantidades suficientes para producir efectos en las hormonas endógenas de los consumidores. Como ya vimos en el artículo sobre la leche, esta contiene hormonas y moléculas bioactivas tales como precursores de andrógenos, algunos de los cuales han sido relacionados con la comedogénesis.
Esta hipótesis ha sido puesta en entredicho debido a que, la mayoría de los estudios muestran una correlación más fuerte con la leche desnatada que con la entera. Sin embargo, la mayoría de las hormonas presentes en la leche, se encuentran en la parte grasa de la misma.
2. Otra hipótesis se apoya en que la leche produce un aumento en la insulina y el factor de crecimiento similar a la insulina 1 (IGF-1). Estos han sido relacionados con el acné dado que aumentan la producción de sebo y la proliferación de queratinocitos, es decir, aceleran el crecimiento de las células de la piel, favoreciendo su acumulación. (7, 8, 9, 10)
De acuerdo con estas hipótesis, en 2009, un artículo publicado en la revista Dermato-Endocrinology, sugería que «la producción de sebo puede estar influenciada por andrógenos y mediadores hormonales, como la globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG) y el factor de crecimiento insulínico tipo I (IGF-I), todos los cuales pueden estar influenciados por factores dietéticos». (6)
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ALIMENTOS CON ALTA CARGA GLÚCÉMICA
Se ha observado que el acné es una patología con unas tasas de incidencia considerablemente más bajas en las sociedades no occidentales, motivo por el cual, la “dieta occidental” también se ha investigado como una posible causa de acné. (12)
Normalmente, la dieta occidental se corresponde a una dieta de alta carga glucémica, y precisamente la insulina y el índice glucémico alto, son quizás los dos factores más asociados científica y clínicamente con el acné.
¿Por qué?
De forma simplificada, esto se debe a que los alimentos con mayor carga glucémica tienen un mayor impacto en los niveles de azúcar en sangre. Mayores niveles de glucosa en sangre, requieren que el cuerpo produzca más insulina y esta, está relacionada con una mayor actividad de los sebocitos, es decir, mayor producción de grasa…¿recordáis? Uno de los 3 principales factores causantes del acné, el exceso de sebo. Por lo tanto, evitar alimentos con altas cargas glucémicas debería reducir los niveles de insulina y disminuir el acné:
- Un estudio que incluyó a 31 participantes masculinos con acné entre 15 y 25 años, encontró que una dieta con un bajo índice glucémico redujo el recuento total de acné en un 59% después de 12 semanas. (14)
Un estudio realizado con 43 participantes masculinos con acné, encontró que tras 12 semanas con una dieta de baja carga glucémica, el recuento total de lesiones de acné había disminuido más en el grupo experimental en comparación con el grupo control. (16)
Los estudios realizados encontraron que la dieta de baja carga glucémica aumentó la sensibilidad a la insulina, provocando que el organismo no necesitase generar más insulina para mantener los niveles de glucosa bajo control.
Por otra parte, en los participantes de los estudios se encontraron también niveles más bajos de andrógenos, una hormona sexual masculina que se relaciona con la producción de sebo y la formación de comedones.
Por último, se encontró que la dieta de baja carga glucémica también aumentó los niveles de SHBG, una proteína reguladora de las hormonas sexuales.
ALIMENTOS RICOS EN OMEGA 6
Otro aspecto diferenciador de las dietas occidentales frente a las de las poblaciones no industrializadas, es la relación de ácidos grasos omega-6 a omega-3, siendo en una dieta occidental típica de 10:1 – 20:1 frente a la relación 3:1 – 2:1 de las dietas no occidentales.
Los ácidos grasos omega 3 y 6 son grasas esenciales que nuestro organismo no puede sintetizar por sí mismo, por lo que debe obtenerlos a través de la alimentación. Ambos tipos de ácidos grasos tienen importantes funciones en la salud de las células. Sin embargo, cuando el omega 6 se consume en exceso, como sucede generalmente hoy día en las dietas occidentalizadas, este tipo de ácido graso tiene efectos proinflamatorios y se ha relacionado con el desarrollo de acné inflamatorio. (17)
Por otro lado, la ingesta de altos niveles de ácidos grasos omega-3 se asocia con una disminución de los factores inflamatorios. De hecho, los estudios han demostrado que una proporción de omega 6 a omega 3 de 2-4:1 es beneficiosa para muchas enfermedades como artritis reumatoide, asma, cáncer colorrectal, etc. (18, 19, 20)
COCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Hasta la fecha, las investigaciones no pueden probar que la dieta sea la causa del acné, sin embargo, si que se ha demostrado que la alimentación puede influir, en mayor o menor medida, en los principales factores causantes del mismo: el exceso de sebo, las hormonas y la hiperproliferación de las células de la piel.
Es difícil cuantificar hasta que punto se puede mejorar esta condición mediante una intervención dietética, sin embargo, merece la pena seguir ciertas recomendaciones alimenticias que no suponen ningún riesgo para la salud, sino que por el contrario, tienen probados beneficios y pueden resultar favorables en la mejora de esta patología, como son:
- Reducir la ingesta de azúcares y cereales procesados como dulces, zumos comerciales, pastas, panes, cereales refinados y otros derivados por su impacto sobre la insulina.
- Priorizar la ingesta de vegetales, frutas frescas, legumbres y cereales integrales de alta densidad nutricional.
- Aumentar la ingesta de alimentos naturalmente ricos en omega 3 como son pescados grasos (caballa, salmón, atún, sardinas, anchoas, trucha…), nueces, semillas de chía y lino, etc.
- Limitar la ingesta de alimentos procesados elaborados con grasas vegetales ricas en omega 6 como fritos, snacks salados, precocinados…
Más adelante, analizaremos ciertos nutrientes que han demostrado tener efectos beneficiosos en la mejora del acné y cómo incluirlos en nuestra alimentación.
BIBLIOGRAFÍA:
1. High school dietary dairy intake and teenage acne. Clement A. Adebamowo, Donna Spiegelman, F. William Danby, A. Lindsay Frazier, Walter C. Willett, Michelle D. Holmes. J Am Acad Dermatol. 2005 Feb; 52(2): 207–214. doi: 10.1016/j.jaad.2004.08.007
2. Milk consumption and acne in teenaged boys. Clement A. Adebamowo, Donna Spiegelman, Catherine S. Berkey, F. William Danby, Helaine H. Rockett, Graham A. Colditz, Walter C. Willett, Michelle D. Holmes. J Am Acad Dermatol. 2008 May; 58(5): 787–793. Published online 2008 Jan 14. doi: 10.1016/j.jaad.2007.08.049
3. Milk consumption and acne in adolescent girls. Clement A. Adebamowo, Donna Spiegelman, Catherine S. Berkey, F. William Danby, Helaine H. Rockett, Graham A. Colditz, Walter C. Willett, Michelle D. Holmes. Dermatol Online J. 2006 May 30; 12(4): 1. Published online 2006 May 30.
4. High glycemic load diet, milk and ice cream consumption are related to acne vulgaris in Malaysian young adults: a case control study. Noor Hasnani Ismail, Zahara Abdul Manaf, Noor Zalmy Azizan. BMC Dermatol. 2012; 12: 13. Published online 2012 Aug 16. doi: 10.1186/1471-5945-12-13
5. Family history, body mass index, selected dietary factors, menstrual history, and risk of moderate to severe acne in adolescents and young adults. Anna Di Landro, Simone Cazzaniga, Fabio Parazzini, Vito Ingordo, Francesco Cusano, Laura Atzori, Francesco Tripodi Cutrì, Maria Letizia Musumeci, Cornelia Zinetti, Enrico Pezzarossa, et al. J Am Acad Dermatol. 2012 Dec; 67(6): 1129–1135. Published online 2012 Mar 3. doi: 10.1016/j.jaad.2012.02.018
6. The relationship of diet and acne: A review. Apostolos Pappas. Dermatoendocrinol. 2009 Sep-Oct; 1(5): 262–267.
7. The human sebocyte culture model provides new insights into development and management of seborrhoea and acne. C. C. Zouboulis, L. Xia, H. Akamatsu, H. Seltmann, M. Fritsch, S. Hornemann, R. Rühl, W. Chen, H. Nau, C. E. Orfanos. Dermatology. 1998; 196(1): 21–31.
8. Insulin-like growth factor-1 induces lipid production in human SEB-1 sebocytes via sterol response element-binding protein-1. Terry M. Smith, Zhaoyuan Cong, Kathryn L. Gilliland, Gary A. Clawson, Diane M. Thiboutot. J Invest Dermatol. 2006 Jun; 126(6): 1226–1232. doi: 10.1038/sj.jid.5700278
9. Correlation between serum levels of insulin-like growth factor 1, dehydroepiandrosterone sulfate, and dihydrotestosterone and acne lesion counts in adult women. Mark Cappel, David Mauger, Diane Thiboutot. Arch Dermatol. 2005 Mar; 141(3): 333–338. doi: 10.1001/archderm.141.3.333
10. Role of insulin, insulin-like growth factor-1, hyperglycaemic food and milk consumption in the pathogenesis of acne vulgaris. Bodo C. Melnik, Gerd Schmitz. Exp Dermatol. 2009 Oct; 18(10): 833–841. Published online 2009 Aug 25. doi: 10.1111/j.1600-0625.2009.00924.x
11. Evidence for acne-promoting effects of milk and other insulinotropic dairy products. Bodo C. Melnik. Nestle Nutr Workshop Ser Pediatr Program. 2011; 67: 131–145. Published online 2011 Feb 16. doi: 10.1159/000325580
12. Acne vulgaris: a disease of Western civilization. Loren Cordain, Staffan Lindeberg, Magdalena Hurtado, Kim Hill, S. Boyd Eaton, Jennie Brand-Miller. Arch Dermatol. 2002 Dec; 138(12): 1584–1590.
13. A low-glycemic-load diet improves symptoms in acne vulgaris patients: a randomized controlled trial. Robyn N. Smith, Neil J. Mann, Anna Braue, Henna Mäkeläinen, George A. Varigos. Am J Clin Nutr. 2007 Jul; 86(1): 107–115.
14. The effect of a low glycemic load diet on acne vulgaris and the fatty acid composition of skin surface triglycerides. Robyn N. Smith, Anna Braue, George A. Varigos, Neil J. Mann. J Dermatol Sci. 2008 Apr; 50(1): 41–52. Published online 2008 Jan 4. doi: 10.1016/j.jdermsci.2007.11.005
15. Acné. Etiología y tratamiento. Alejandra Bernabéu. Offarm 2008;27:76-80.
16. The effect of a high-protein, low glycemic-load diet versus a conventional, high glycemic-load diet on biochemical parameters associated with acne vulgaris: a randomized, investigator-masked, controlled trial. Robyn N. Smith, Neil J. Mann, Anna Braue, Henna Mäkeläinen, George A. Varigos. J Am Acad Dermatol. 2007 Aug; 57(2): 247–256. Published online 2007 Apr 19. doi: 10.1016/j.jaad.2007.01.046
17. Is Acne vulgaris a Genuine Inflammatory Disease?. Zouboulis C C. Dermatology 2001;203:277-279. doi.org/10.1159/000051771
18. Healthy intakes of n-3 and n-6 fatty acids: estimations considering worldwide diversity. Joseph R. Hibbeln, Levi R. G. Nieminen, Tanya L. Blasbalg, Jessica A. Riggs, William E. M. Lands. Am J Clin Nutr. 2006 Jun; 83(6 Suppl): 1483S–1493S.
19. Omega3 fatty acids effectively prevent coronary heart disease and other late-onset diseases–the excessive linoleic acid syndrome. Harumi Okuyama, Yuko Ichikawa, Yueji Sun, Tomohito Hamazaki, W. E. M. Lands. World Rev Nutr Diet. 2007; 96: 83–103. doi: 10.1159/000097809
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